Entradas

Mostrando entradas de junio, 2018

Me quedo con......

Si pudiera elegir ser una parte de ti, escogería ser tus lágrimas, porque ellas nacen de lo más profundo de tu corazón, recorren parte de tu interior para salir por tus ojos, se pasean por tus mejillas y vuelven a entrar por tus labios.

Otra tarde junto a ti.

Ayer te llevé al parque municipal de Huercal Overa para que vieras los animales que hay en dicho parque. Qué bien lo volvimos a pasar, como te reias dándole de comer a las cabras que allí habían. Una sonrisa y una risa tuya vale un año de vida para mi, porque no se lo que sucede en mi interior, pero tú sin hacer nada me transmites un mundo de sensaciones. Cuántas fotos nos echamos en aquellos árboles una tarde de verano siendo para mí la atención de todo. Que lástima que no puedas aún comprender mi amor por ti, porque eres lo único y más grande que tengo.

Una tarde junto a ti.

Hoy te he visto reír, divertirte, he visto como alzabas los brazos continuamente para que yo te cogiera y te protegiera. Ha sido nuestra primera tarde juntos en la piscina de Velez Rubio. Te he llevado hasta allí porque es muy buena y bonita para niños. Hoy has hecho que sonría, que valore el tiempo que hemos estado allí, que me acueste esta noche recordando la tarde vivida juntos para ver si vuelvo a soñar que volvemos a estar allí otra vez. Gracias por darme vida.

Si algún día....

Si algún día leyeras esto, espero que no sea porque yo ya no estoy aquí. Todavía serás un niño, o quizás esta carta la leas de mayor, pero quería darte las gracias ahora por lo que has hecho en mi vida y con mi vida, contigo aprendí lo que es el amor verdadero, contigo me reí mucho, contigo me vibraba todo mi cuerpo cada vez que estábamos juntos, contigo volví a vivir una niñez encantadora. El día que te tuve en brazos cuando naciste, fue uno de los días más felices de mi vida. ¡Eras tan pequeñito, tan blandito!. Sentí que el corazón se me llenaba de bondad y de ternura. Sacaste de mí lo mejor que había… y que hacía tiempo que no sentía. Despertastes en mí, inocencia y asombro ante el milagro de la vida. Verte día a día me daba fortaleza para enfrentarme a lo que fuera con tal de verte bien y crecer sano. Te confieso que llegaba del trabajo y al primero que iba a buscar era a ti. Me has enseñado muchas cosas: darte de comer, paciencia, valorar los momentos mágicos de tus sonrisas,

Comenzamos...

Hola hijo mío, ¿cómo estás y cómo va todo en tu mundo?.