Mirándonos.

La otra noche nos acostamos juntos, mirándonos a los ojos como si tuviéramos algo que decir, no dejábamos de mirarnos ni un segundo, a ti se te escapaba alguna sonrisa de vez en cuando, yo te respondía con un besito.
Mis ojos se me cerraban del sueño, pero me esforzaba para no hacerlo, fueron unos minutos mágicos, difícil de olvidar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Iván, la Victoria de mi vida.

Algún día.

Viviendo juntos.